Trastear es el arte de buscar, rebuscar, encontrar, hacer un diagnótico y aplicar las soluciones.







Desnudarse


Uy Uy Uy... la cosa está que arde, no se puede cortar con los hoteles de la noche a la mañana, que los hagan, pero que los hagan sostenibles, y respetando la multiculturalidad y virginidad de algunas playas, QUE SE DEDIQUEN A ACABAR CON LAS PLAYAS NUDISTAS Y A MULTAR A TODO NUDISTA QUE SE ATREVA A DESNUDARSE ES UN ATENTADO CONTRA LA NATURALEZA Y LA LIBERTAD DEL INDIVIDUO...

Este es el último comentario recibido en mi blog.

Con todo el respeto que todos los seres humanos me merecen vaya una pequeña reflexión.

En primer lugar gracias por detenerte a leer mi blog y gracias por opinar.

Tal vez sea cierto que no se puede acabar con los hoteles de la noche a la mañana, es más tampoco es mi intención aportar un granito de arena para acabar con los hoteles. Mi granito va para que esos hoteles se hagan como tú bien dices, con sostenibilidad, con respeto y con amor.

Pero en esta reflexión lo que más me interesa es la segunda parte de tu comentario.

Me dices lo siguiente "QUE SE DEDIQUEN A ACABAR CON LAS PLAYAS NUDISTAS Y A MULTAR A TODO NUDISTA QUE SE ATREVA A DESNUDARSE ES UN ATENTADO CONTRA LA NATURALEZA Y LA LIBERTAD DEL INDIVIDUO".

El nudismo no es sólo desnudo del cuerpo.
Desnudarse significa también quitarnos todos esos prejuicios y perjuicios que nos han impuesto para ser nosotros mismos.
Desprendernos de los miedos e inseguridades y mostrarnos tal como somos, tan sencillos, tan vulnerables, tan inseguros, tan sensibles, y a la vez tan grandes, con tanto amor, tanta comprensión y tanta dicha.

Eso es también desnudarse.
Eso es lo que realmente nos da miedo.
El mostrarnos así, por el temor al que diran.
Y por el temor a ver partes de nuestro pasado y de nuestro presente tan oscuras y tan malvadas que nos aterrorizarían.
Qué van a pensar los demás si me ven desnudo, sin corazas, tal como soy.
Si ven toda esa basura, toda esa porquería, todas esas miserias.
Nos da miedo ser grandes y nos da miedo ser pequeños. Nos da miedo todo.

Y el miedo y el amor no pueden convivir juntos. Nooo...
El miedo y el amor se rechazan.
Para que el amor pueda penetrar en nuestro ser primero tenemos que haber comprendido el miedo, y cuando lo comprendemos entonces se va sólo. Y entonces queda sitio para el amor, sólo entonces se puede instalar el amor.

Eso les da miedo a los poderes, el amor, la libertad, la desnudez del ser humano en toda su plenitud.
No lo pueden permitir porque ellos todavía no están preparados para desnudarse. Tendrían muchas cosas que ver en si mismos. Tantas, y algunas tan tremendas, que sería imposible que se puedan quitar únicamente la chaqueta o la corbata.
Se horrorizarían.

El miedo que posee este planeta lo tenemos que transformar en amor.
Y para ello nos tenemos que desnudar.

Con lo bonito que es ver el cuerpo de un ser humano desnudo.
Sin nada que ocultar.
Todos tenemos lo mismo, con nuestras diferencias. Unos más gordos, otros más delgados, otros más altos, otros más bajos pero todos somos iguales.
Pero cuando no nos podemos ver a nosotros mismos desnudos tampoco podemos ver a los demás.
Nos da pánico, terror y los rechazamos e incluso odiamos.
Pero no es a los demás ese rechazo, es a nosotros mismos, a nuestra desnudez.
A nuestra propia conciencia libre ya corazas, de armaduras, de disfraces, de vestimentas que oculten nuestra propia esencia.
Pero cuando esa esencia está viviendo una experiencia más o menos oscura, turbulenta, de egoismos y de materialismos entonces resulta complicado desnudarse o ver al prójimo desnudo.
Produce envidia.

Sí, me gusta desnudarme en cuerpo y en alma.
Me gusta mostrarme como creo que soy.
Y quiero que los demás me vean desnudo, sin nada que ocultar.
Para que sepan a que atenerse.
Y poder saber a que atenerme conmigo mismo también, eso da dolor, porque desnudarse produce dolor pero también da confianza, seguridad, bienestar y ya no tengo que estar pensando como me tengo que comportar dependiendo de quien tenga delante. Ya no tengo ir buscando una vestimenta, un difraz para cada ocasión.

La mentira, el disfraz, las armaduras oxidadas han dejado de interesarme.

Sí, cada día me gusta más vivir desnudo.
Sobre todo del alma.
Y del cuerpo porque me quema el sol en verano y en invierno paso frio si no también.

Y a los que no pueden permitirse ver a otro ser humano desnudo yo les diría:
Más tarde o más temprano os tendréis que desnudar vosotros, ante ustedes mismos, ante vuestro propio Dios.
Cuanto antes mejor.

Y ahí está el amor, en la desnudez.

1 comentario:

  1. Allá por los 20 años, fui por primera vez a una playa donde me pude desnudar. Me daba vergüenza, pero aquello duró 5 segundos. De repente miré a mi alrededor y sólo vi a mis iguales. El cuerpo dejó de parecerme un objeto oculto y deseado. Aquello fue el principio de la libertad que hoy gozo.

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